Mi vida es un constante equilibrio entre la presencia en mi,
de mi “yo” insatisfecho, y la nada que ansió como final
de mi cansino caminar, que inicie cuando comprendí que
la pegajosa soledad que me rodea, es en realidad mi fiel compañera
con la que debo de convivir de forma indiferente.
El tiempo pasa, y a mi pesar lento discurre por el cauce de la historia
de tantas y tantas personas, que como yo un día nacimos y otro moriremos
sin dejar huella de nuestra insignificante existencia,
sin legado que escribir en la historia.
Hoy escribo una página más de la terrible soledad de mis pensamientos,
todos juntos en tropel peregrinación, alrededor del fin de mi existencia,
la muerte de mis pegajosos sentimientos existenciales esta próxima,
a la vez que el nacimiento de mis nuevos pensamientos, alentando
a mi ser a seguir mi continua espera con la firme convicción de que
un nuevo amanecer de mi conciencia en el positivismo existencial.
